domingo, 20 de abril de 2014

Ayer la pareja de mi prima me dijo que lo que ya no hubiese hecho no lo haría, ¿por fin cambiará mi suerte? Desde los siete año he temido hacer nuevas cosas y mis temores se han cumplido. ¿Se imaginan ustedes que ya se hubiese acabado eso? ¿Se imaginan que incluso pudiese empezar la demolición?

miércoles, 5 de febrero de 2014

No dejan de hablar de la crisis demográfica que viene. Es desternillante. En el pasado las mujeres se ponen a parir como conejas y se habla de crisis cuando recuperan algo de cordura. ¿La crisis demográfica no debería de estudiarse en historia?

El trabajo dignifica.

El trabajo básicamente produce mierda. Gracias a Dios no necesitamos más que mierda para sobrevivir y, por lo tanto, no necesitamos la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero ni, por supuesto, ninguna mano invisible que transforme la mierda en algo más que mierda. La mierda es suficiente. De hecho, la finalidad del trabajo nunca ha sido producir algo más que mierda. El trabajo es sólo una penitencia por comer mierda que permite seguir comiendo mierda y más mierda. Es lo que hace soportable que comamos mierda. Si la gente no trabajase pero se le diese toda la mierda que consume se ahorcaría. La penitencia es milagrosa. 

Es gracioso que digan que la crisis de identidad es algo propio de la adolescencia. Es gracioso porque lo que no tendrán después de la adolescencia es identidad.

miércoles, 29 de enero de 2014